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lunes, 12 de abril de 2010

Clamidiosis Aviar


CLAMIDIOSIS AVIAR

RESUMEN
La clamidiosis aviar (CA) está causada por la bacteria Chlamidophila psittaci. Originalmente, la CA
que afecta a humanos y a todo tipo de aves se denominó psitacosis, pero con posterioridad se
introdujo el término ornitosis para referirse a la enfermedad adquirida de aves salvajes o
domésticas o que se presenta en ellas, mientras que el término psitacosis se reserva para la
enfermedad adquirida de aves psitácidas o que se presenta en ellas. Estas enfermedades son
similares cuando las contrae el hombre. Recientemente el género Chlamydia se ha dividido en dos
géneros, Chlamydia y Chlamydophila. Todas las cepas aviares conocidas se encuentran ahora
incluidas en la especie Chlamydophila psittaci. El término clamidiosis aún se emplea para designar
las enfermedades producidas por especies de ambos géneros. Las cepas aviares comprenden al
menos seis serotipos que se relacionan con las especies de aves de las que se aíslan
normalmente. La clamidiosis que se presenta naturalmente en las especies de mamíferos y que no
se contrae de las aves, está causada por cepas del organismo claramente diferentes. (11)


Dependiendo del serotipo de clamidia y del ave hospedadora, las clamidias causan pericarditis,
conjuntivitis, sinusitis, inflamación de los sacos aéreos, neumonía, adenitis nasal lateral, peritonitis,
hepatitis e inflamación del bazo. Las infecciones generalizadas cursan con fiebre, anorexia,
letargo, diarrea y, ocasionalmente un shock mortal. Las cepas aviares de clamidias pueden causar
graves enfermedades en humanos y ocasionalmente la muerte, por lo que su manejo en el
laboratorio debe hacerse con especial cuidado. En los patos y pavos la enfermedad es
particularmente preocupante puesto que su transmisión a humanos es corriente durante el manejo
y el sacrificio de estas aves. El diagnóstico de la CA requiere el aislamiento y la identificación del
organismo, la demostración de las clamidias en los tejidos, o la demostración de un aumento de
cuatro veces en los anticuerpos humorales específicos, además de los síntomas clínicos típicos. (12)


Se puede hacer un diagnóstico presuntivo en una explotación con aves con signos clínicos de CA
así como con una elevada proporción de aves con niveles altos de anticuerpos.
Identificación del agente: El aislamiento de clamidias requiere la inoculación de huevos
embrionados, de animales de laboratorio o de cultivos celulares, y la comprobación de las
clamidias por tinciones citoquímicas o por métodos inmunohistoquímicos. Es preferible la
inoculación de las muestras directamente en cultivos celulares de células de riñón de mono verde
africano (Vero o BGM), de células McCoy o de células L. Los cultivos celulares son tan sensibles
como los embriones de pollo para el aislamiento de la mayoría de las cepas aviares de clamidias. (6)


Un método adecuado para potenciar la infectividad de las muestras consiste en centrifugar el
inóculo sobre las monocapas y añadir inhibidores de la división celular, como la cicloheximida. Los
cultivos celulares se tiñen mediante inmunofluorescencia directa o con otras tinciones apropiadas
a los tiempos adecuados para demostrar la presencia de inclusiones.
Para el diagnóstico de clamidiosis en aves se han utilizado enzimoinmunoensayos desarrollados
para detectar el antígeno del tracoma en humanos. Muchas de las técnicas iniciales utilizaban
antisueros mono o policlonales contra epítopos del lipopolisacárido, algunos de los cuales eran
compartidos por otras bacterias Gram–negativas. Cuando se analizan aves individuales su utilidad
es dudosa, pues su sensibilidad y especificidad no se ha demostrado en muestras aviares. Su
principal valor es la confirmación de clamidiosis en un ave que muestre los síntomas de la clamidiosis aviar. No obstante, estas técnicas no han sido aprobadas ni autorizadas para su utilización
en el diagnóstico de la clamidiosis aviar. (3)


Dos nuevas técnicas de futuro muy prometedor son la reacción en cadena de la polimerasa con
análisis del polimorfismo de fragmentos de restricción (PCR–RFLP) y la tinción
inmunohistoquímica de cortes histológicos. Ambas son pruebas rápidas que no requieren que el
agente esté vivo. Las pruebas actuales de PCR se dirigen al gen de la MOMP o a los genes del
ARN ribosómico (16S–23S), amplificando todas las cepas de clamidias y permitiendo su
identificación a nivel de especies. Debido al reciente desarrollo y disponibilidad de equipos
automáticos de tinción, se ha registrado un aumento en la utilización de tinciones
inmunohistoquímicas de cortes histológicos. Presentan la ventaja de que la mayoría de los
laboratorios de diagnóstico suelen recoger de modo rutinario material para preparar secciones
teñidas con hematoxilina y eosina (H&S), y se pueden preparar fácilmente cortes adicionales para
la tinción inmunohistoquímica de forma paralela o retrospectiva. (1)


Pruebas serológicas:
La prueba serológica estándar para detectar anticuerpos contra clamidias
es la prueba de fijación del complemento (FC). El antígeno es un determinante de grupo presente
en el lipopolisacárido de todas las cepas. La existencia de títulos altos por FC en la mayoría de los
individuos de una población con síntomas clínicos es una evidencia presuntiva de infección activa.
La demostración de un aumento de cuatro veces en el título en un ave individual se considera un
diagnóstico de infección reciente. (4)


También están disponibles otras pruebas serológicas, como las de ELISA, la aglutinación con
látex, la aglutinación de cuerpos elementales, la micro–inmunofluorescencia, y la inmunodifusión
en gel de agar. Estas pruebas tienen valor en casos específicos y pueden sustituir a la técnica de
FC; sin embargo todavía no se dispone de comparaciones sobre fiabilidad y reproducibilidad.
Requisitos para las vacunas y los materiales de diagnóstico: No existen vacunas para el
control de la clamidiosis en aves. El único método actual de control son los antibióticos.
Chlamidophila psittaci es sensible a varios antibióticos. El agente antimicrobiano elegido varía de
un país a otro. (2)

A. INTRODUCCIÓN

La clamidiosis aviar (CA) está producida por la bacteria Chlamidophila psittaci. En las aves la enfermedad se denominó inicialmente psitacosis, pero con posterioridad se introdujo el término ornitosis para diferenciar la enfermedad en aves domésticas y silvestres de la enfermedad en las aves psitácidas.(10)


Actualmente se considera que ambos síndromes son uno solo. Su distinción inicial estaba basada en la suposición de que la ornitosis en humanos es una enfermedad más suave que la psitacosis. Sin embargo, debe advertirse que la enfermedad contraída por el hombre a partir de pavos y patos es a menudo tan grave como la contraída a partir de las aves psitácidas. En aves, Chlamidophila psittaci produce una enfermedad sistémica y ocasionalmente mortal. Los síntomas clínicos son muy variables por lo que respecta a la gravedad y dependen de la especie y de la edad del ave así como de la cepa de clamidia. (12)


LaCA puede producir letargo, hipertermia, excreciones anormales, descargas
nasales y oculares, y una reducción en la producción de huevos. La mortalidad es muy variable. En aves
domésticas los síntomas clínicos más frecuentes son anorexia y pérdida de peso, diarrea, deposiciones
amarillentas, sinusitis, conjuntivitis, biliverdinuria, descarga nasal, estornudo, lagrimeo y dificultad respiratoria. (9)


Muchas aves, especialmente las aves psitácidas viejas, pueden carecer de síntomas clínicos; sin embargo,
liberan el agente durante períodos largos. La necropsia de aves afectadas revela a menudo un aumento del bazo y del hígado, inflamación fibrinosa de los sacos aéreos, pericarditis y peritonitis (5, 40). Las lesiones histológicas no son patognomónicas a menos que vayan acompañadas de la identificación de clamidias.
La gravedad de la enfermedad en los pavos depende de la cepa de clamidia y de la presencia de otras
enfermedades. Las cepas del serotipo D suelen ocasionar los cuadros más graves y son particularmente
peligrosas para trabajadores de granjas. Cuando se alcanza el pico de la enfermedad en una población infectada con cepas del serotipo D, el 50–80% de las aves puede mostrar síntomas clínicos, y la mortalidad alcanza con frecuencia el 30–50%. En pavos de engorde, se han descrito mortalidades de hasta el 80%. (12)


Las cepasde otros serotipos, como B y E, suelen dar lugar a unas tasas de morbilidad del 5–20% y de mortalidad por debajo del 5%.
En los pavos, los síntomas clínicos y las lesiones observadas en las necropsias son muy variables. Los pavos infectados con cepas muy virulentas muestran caquetsia, anorexia y temperaturas elevadas. Las deposiciones son gelatinosas y de color amarillo grisáceo. En gallinas ponedoras, la producción de huevos desciende rápidamente y permanece baja hasta la recuperación total. En pavos de engorde, se ha descrito un síndrome respiratorio que presenta las características de una rinotraqueitis (41). Los síntomas son conjuntivitis, inflamación de los senos infraorbitales y estornudo. En pavos infectados con cepas de baja virulencia los síntomas de la enfermedad son más suaves y generalmente incluyen anorexia y, en algunos casos, deposiciones sueltas y grisáceas. En pavos, también se ha asociado la infección por Chlamydia psittaci con problemas en las patas.  (11)

En la necropsia de aves infectadas con cepas virulentas, las lesiones más características son la
inflamación del bazo y del hígado, y la presencia de un exudado entre fibrinoso y fibrinopurulento en las
superficies respiratorias, peritoneales y pericárdicas. Las lesiones también pueden incluir sinusitis, traqueitis, inflamación de los sacos aéreos, neumonía y enteritis. En general, la neumonía sólo se observa en aves que mueren por la infección. En aves infectadas con cepas de virulencia baja las lesiones son similares, pero no son tan severas o extendidas. (3)


En muchas partes del mundo, la clamidiosis en los patos es importante económicamente y como problema
sanitario público. Normalmente la enfermedad es grave, con una morbilidad del 80% y una mortalidad que varía de 0 al 40% en función de la edad de los patos y la presencia de infecciones concurrentes.  (5)

Los síntomas clínicos incluyen temblores de cabeza, andar inestable, conjuntivitis, descargas nasales serosas o purulentas, depresión y muerte. En la necropsia es corriente apreciar el aumento del bazo, necrosis focales en el hígado, poliserositis fibrinosa y neumonía. En los últimos años se ha reconocido una forma leve de la enfermedad con signos mínimos o ausentes, en la que la muerte se asocia con el estrés del manejo o con otras enfermedades . (8)


Se sabe que se producen infecciones en humanos debidas al manejo o sacrificio de aves tanto con infección clínica como con infección inaparente.
Se ha descrito en varias partes del mundo la clamidiosis en el avestruz y en el ñandú. Los únicos aislamientos serotipados fueron de serotipo E, que también se ha aislado de palomas, patos y humanos. Se supone que el reservorio son las palomas u otras aves silvestres. Los avestruces y el ñandú se crían normalmente en exteriores donde están expuestos a estas aves. La clamidiosis se presenta por lo general en aves jóvenes, pero puede presentarse en adultas. Suele ser muy aguda y con alta mortalidad; sin embargo, los estudios no dan el porcentaje de aves infectadas que manifiestan signos clínicos. Debido a la presencia tan extendida de la enfermedad en estas especies de aves (avestruz, ñandú, emu, chirique, etc.) y la transmisión potencial al hombre, se deben manejar con cuidado las aves clínicamente enfermas. (10)


La familia Chlamydiaceae se ha reclasificado recientemente en dos géneros y nueve especies según el análisis de secuencias de sus genes de rARN 16S y 23S (15). Los dos nuevos géneros, Chlamydia y Chlamydophila, se corresponden con las antiguas especies Chlamydia trachomatis y C. psittaci. El género Chlamydia agrupa C. trachomatis (humanos), C. suis (cerdos) y C. muridarum (ratón, hamster). El género Chamydophila agrupa C. psittaci (aves), C. felis (gatos), C. abortus (ovejas, cabras, ganado bovino), C. caviae (cobayas), y las antiguas especies C. pecorum (ovejas, ganado bovino) y C. pneumoniae (humanos). (12)


Los dos géneros y nueve especies tienen entidad tanto a nivel molecular como por su espectro de
hospedadores y enfermedades clínicas. Las especies muestran un alto grado de correlación con el tipo de
hospedador, el síndrome producido y la virulencia, favoreciendo la comprensión de la epidemiología de las diversas especies y serotipos que afectan al ganado y a las aves. Los términos "clamidiosis" y "clamidias" se emplean de forma genérica para designar miembros de uno u otro género. Sin embargo, los nuevos nombres científicos se utilizan para referirse a una especie de clamidia determinada.
Todas las cepas aviares pertenecen a la especie Chlamydophila psittaci. Esta especie incluye seis serotipos aviares conocidos y dos serotipos en mamíferos, el M56 de la rata almizclera y el WC del ganado bovino (12).

Tanto M56 como WC se aislaron de un brote único. Los seis serotipos aviares se designan con letras de la A a la F, y cada uno muestra especificidad de hospedador. Los hospedadores asociados a cada serotipo son: A, aves psitácidas; B, palomas; C, patos y ocas; D, pavos; E, palomas, avestruces y ñandú; y F, que corresponde a un aislamiento único de un ave psitácida. Se desconoce cuantas de estas aves y mamíferos son hospedadores naturales del correspondiente serotipo. (11)


Las cepas aviares de clamidias pueden infectar al hombre y se deben manejar con cuidado bajo condiciones de biocontención . La mayoría de las infecciones ocurren por inhalación de aerosoles infecciosos. El examen post–mortem de aves infectadas y la manipulación de los cultivos debe realizarse en cabinas de flujo laminar o con equipo protector adecuado. La infección en el hombre puede provenir de exposiciones transitorias. El período de incubación suele ser de 5–14 días, aunque se conocen períodos de incubación más largos. En humanos, las infecciones varían desde una forma inaparente a una enfermedad sistémica grave con neumonía intersticial y encefalitis. En pacientes con un tratamiento adecuado, la enfermedad es raramente mortal; por tanto, son importantes el conocimiento del riesgo y un diagnóstico temprano. Típicamente, la infección en humanos cursa con dolor de cabeza, escalofríos, malestar y mialgia, con o sin signos de implicación pulmonar. La manifestación pulmonar es corriente; no obstante, los resultados por auscultación pueden parecer normales o minusvalorar la extensión de la infección. (11)


El diagnóstico puede resultar difícil y por lo general se realiza mediante
la prueba de fijación del complemento (FC) sobre sueros pareados para detectar la presencia de anticuerpos anticlamidia. Salvo contraindicaciones, la tetraciclina, la deoxiciclina y la azitromicina son los compuestos más indicados en el caso de infección humana. La duración del tratamiento dependerá del antibiótico, pero con tetraciclina debe continuar por lo menos durante 14 días. (12)

Transmisión:

En aves de vida libre la transmisión natural se produce principalmente por vía aerógena y en segundo término por vía digestiva. Las aves que sufren la enfermedad clínicamente, como aquellas que son porta­doras, eliminan la bacteria con sus secreciones nasales y sus heces.
De la misma forma que ocurre en el hom­bre, la infección en las aves, tiene su punto de partida al tomar contacto con materiales contaminados o en la inhalación del polvillo resultante (aerosoles). La difusión del agen­te se facilita en aquellas aves que cohabi­tan en estrecho contacto, o que se despla­zan en bandadas[5].


La eliminación del agente infeccioso entre las aves con clamidiosis latente puede activarse con di­versos factores de estrés, como el hacina­miento, el transporte y el enfriamiento. Las aves pueden parecer sanas, pero son por­tadoras de C. psittaci y pueden eliminar el agente en forma intermitente, el cual es resistente a la desecación permaneciendo in­feccioso por varios meses. (7)

La presencia de esta bacteria en aves urba­nas puede constituir un riesgo para la salud pública. Tanto en Europa como en EEUU se ha descrito la presencia de C. psittaci de los serotipos P1, P2, P3 y A y B en palomas do­mésticas, los cuales también han sido aisla­dos en la población humana[2931]. Takahaschi et al. (1997) mediante análisis filogenéticos basados en secuencias del 16S rDNA de C. psittaci, revelaron la existencia de al menos 4 genogrupos, agrupando uno de ellos a cepas aisladas de palomas, del hombre y de aves psitácidas. (7)


En nuestro país, en un estudio realizado por Borie y col. (2000) se encontró seroposi­tividad en palomas de vida libre capturadas en la Región Metropolitana. (4)

Signos clínicos y síntomas:

Para las aves en cautiverio, el período de incubación varía de tres días a varias se­manas; sin embargo, las infecciones laten­tes son comunes y la enfermedad activa puede presentarse después de años de ex­posición. (4)
La infección por C. psittaci en las aves pue­de ser asintomática, o bien, producir una enfermedad aguda, subaguda o crónica[7]. En el cuadro agudo los signos clínicos, al igual que los observados en otras enferme­dades sistémicas, son somnolencia, ano­rexia, plumas erizadas, escalofríos y debili­dad general. También se pueden agregar síntomas digestivos (diarrea), respiratorios (descarga nasal, tos) y oculares (conjuntivi­tis uni o bilateral con abundante flujo lacrimal y fotofobia).
El cuadro crónico lleva a un progresivo desmejoramiento del estado general y pér­dida de peso del ave. El porcentaje de mor­talidad puede alcanzar al 2,5%, valor que no llama la atención de los criadores de es­tas aves, permitiendo entonces una mayor difusión del microorganismo (5).

Las manifestaciones clínicas y la mortalidad de las aves infectadas dependerá de la vi­rulencia de la cepa, de la dosis infectante, factores de estrés, especie y edad del ave y extensión del tratamiento.
Desde el punto de vista económico, la en­fermedad es importante en los pavos, ya que la morbilidad puede alcanzar un 80% y la mortalidad, hasta un 30% (2).

El cuadro asintomático se presenta con ma­yor frecuencia en las palomas y en las aves psitácidas. De hecho, en el estudio realizado por Borie y col. (2000), la totalidad de las aves seropositivas por inmunofluorescencia indi­recta, no mostraron signos clínicos, atribu­yéndose esta situación a exposición previa o a infección inaparente. (10)

B. TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO

1. Identificación del agente
El método preferido para la identificación de la CA es el aislamiento e identificación del organismo. A menudo se usan otras técnicas debido al tiempo requerido, la necesidad de muestras de alta calidad y el peligro que supone para el personal de laboratorio. Éstas incluyen la tinción histoquímica de frotis de exudados y heces, los frotis por impresión de tejidos, el marcaje inmunohistoquímico de preparaciones citológicas e histológicas, el enzimoinmunoensayo por captura de antígeno (ELISA), la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y la PCR – RFLP (análisis del polimorfismo de fragmentos de restricción). (9)

a) Recogida y tratamiento de las muestras

Las muestras a recoger dependen de los síntomas de la enfermedad. Deben tomarse asépticamente. Las
bacterias contaminantes pueden interferir con el aislamiento de las clamidias. En los casos agudos, las
muestras deben incluir exudados inflamatorios o fibrinosos del interior y la periferia de los órganos que
muestren lesiones, exudados oculares y nasales, sangre completa, y muestras de tejido de riñón, pulmón,
pericardio, bazo e hígado. En los casos con diarrea, debe cultivarse el contenido del colon o las heces. En
aves vivas, las mejores muestras son los frotis faríngeos y nasales. También deben tomarse muestras
de heces, frotis de la cloaca, raspado conjuntival y exudado peritoneal. (2)


Es importante un manejo adecuado de las muestras clínicas para evitar la pérdida de infectividad de las
clamidias durante el envío y el almacenamiento. Se ha desarrollado un medio especial para rickettsias que
resulta satisfactorio para el transporte de muestras de campo de clamidias y que está compuesto por
sacarosa/fosfato/glutamato (SPG). El medio, tal como se recomienda para clamidias (36), consiste en
tampón SPG: sacarosa (74.6 g/litro); KH2PO4 (0.512 g/litro); K2HPO4 (1.237 g/litro); y ácido L–glutámico (0.721 g/litro), que se puede esterilizar en autoclave o por filtración. A esto se añade suero fetal bovino (10%), vancomicina y estreptomicina (200–500 μg/ml), nistatina y gentamicina (50 μg/ml). La adición de antibióticos reduce el efecto de la contaminación, incluso aunque las muestras se envíen a temperatura ambiente. Este medio también puede usarse como diluyente en el laboratorio y para congelar las clamidias. (7)


Las muestras contaminadas deben pretratarse antes de emplearlas para inocular animales o cultivos
celulares. Hay tres métodos básicos: tratamiento con antibióticos (7, 8), tratamiento con antibióticos junto a centrifugación a baja velocidad (4, 5) y tratamiento con antibióticos y filtración (4, 7, 8, 11). Se pueden
utilizar varios antibióticos que no inhiben a las clamidias. Las muestras se homogenizan en solución salina tamponada con fosfato (PBS), pH 7.2, que contenga como máximo lo siguiente: estreptomicina (1 mg/ml), vancomicina (1mg/ml) y kanamicina (1 mg/ml). También se puede utilizar gentamicina  (200μg/ml). Se puede añadir anfotericina B (50μg/ml) para controlar el crecimiento de hongos y levaduras. A menudo se utilizan otras soluciones de antibióticos. Se debe evitar el uso de penicilina, tetraciclina y cloranfenicol porque inhiben el crecimiento de las clamidias. (5)


Cuando la contaminación es ligera, se deben homogenizar las muestras en una solución de antibiótico
antes de su inoculación en embriones de pollo o cultivos de tejidos. Las muestras se suelen dejar reposar
en la solución de antibióticos durante 24 horas a 5°C antes de la inoculación. Las muestras muy
contaminadas, como las muestras fecales, deben homogenizarse con los antibióticos y centrifugarse
después a 500 x g durante 20 minutos. La capa superficial y el sedimento se eliminan. Se recoge el
sobrenadante y se re–centrifuga. El sobrenadante final se utiliza para la inoculación. Si la contaminación
persiste, las muestras se deben pasar por un filtro con tamaño de poro medio de 450–800 μm. (8)

b) Aislamiento en cultivo celular

El cultivo celular es el método más conveniente para el aislamiento de C. psittaci. Las líneas celulares
resultan satisfactorias, y las más usadas son las células de riñón de mono verde (BGM y Vero), McCoy,
HeLa, y L (39). Las células se cultivan para conseguir crecimiento en monocapa utilizando medios estándar de cultivo que contengan 5–10% de suero fetal bovino y antibióticos que no inhiban las clamidias (como se ha descrito anteriormente). (6)

Cuando se selecciona un sistema de cultivo celular es importante recordar que:

i) Las clamidias se pueden identificar mediante inmunofluorescencia directa o indirecta o por otras
técnicas de tinción adecuada.

ii) El inóculo se suele centrifugar sobre la monocapa para aumentar su infectividad.

iii) La muestra puede requerir un pase a los 5–6 días para aumentar la sensibilidad del aislamiento.

iv) Se debe examinar la muestra dos o tres veces en cada pase; y

v) Las clamidias pueden ser infecciosas para el hombre.
Estos condicionamientos pueden cumplirse con los viales pequeños de fondo plano y con
cierre (3.7ml,15x45mm) o las botellas que contienen cubreobjetos de 12 mm de diámetro (7, 8, 11). Se
inoculan varios viales con cada muestra, normalmente cuatro o seis, para permitir la fijación y tinción a
distintos tiempos y para hacer pases nuevos a los 6 días de la inoculación en caso de muestras que sean
aparentemente negativas. Cuando se prueban muchas muestras, se pueden utilizar placas con 96 pocillos
que tienen la ventaja de ahorrar trabajo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la contaminación
cruzada entre muestras puede ser un problema. (4)

Las clamidias se pueden aislar sobre células que se están dividiendo normalmente, pero es preferible
utilizar células que no se dividen porque éstas pueden suministrar más nutrientes para el crecimiento de lasclamidias. Además, las células quiescentes se pueden observar durante períodos más largos. La división de la célula hospedadora se puede inhibir por radiación o, más corrientemente, por agentes citotóxicos. Éstos últimos incluyen la 5–yodo–2–deoxiuridina, la citocalasina B, la cicloheximida y el hidrocloruro de emetina. La cicloheximida es la más frecuentemente utilizada y se puede añadir al medio a 0,5–2,0 μg/ml al mismo tiempo que la inoculación de la monocapa. La emetina se elimina tras el tratamiento y se sustituye por medio (4, 5, 7, 8). Primero se trata la monocapa con emetina (0.5 μg/ml) durante 5 minutos, después de lo cual se elimina y se sustituye por medio de cultivo; la monocapa queda entonces en condiciones de utilización. El crecimiento de la mayoría de las cepas de clamidias se estimula por el tratamiento de la monocapa con uno de estos compuestos, y no tiene efecto sobre el crecimiento de otras cepas. (3)


La unión de las clamidias a las células se incrementa cuando el inóculo se centrifuga sobre la monocapa a
500–1.500 x g durante 30–90 minutos a 37°C. Después se elimina el volumen de inóculo y se reemplaza
con medio de cultivo de tejidos que contenga un inhibidor de la división celular, incubándose a 37–39°C.
Los cultivos se examinan para detectar clamidias a intervalos regulares utilizando un método de tinción
apropiado. Normalmente se hace el día 2 o 3, así como el día 5 o 6. Los cultivos que parecen negativos al
sexto día se recogen y se vuelven inocular en medio nuevo. Cuando se hacen pases sucesivos de
clamidias, se deben pasar tanto las células como el medio de cultivo, y se debe evitar la congelación y
descongelación para romper las células ya que esto puede destruir las clamidias.
Antes de teñir los cultivos, primero se elimina el medio, se lavan con PBS y se fijan con acetona durante 2– 10 minutos. El tiempo de fijación del cultivo depende del recipiente de cultivo utilizado. Como la acetona ataca a la mayoría de los plásticos, puede ser preferible utilizar una mezcla de 50% de acetona y 50% de alcohol metílico. Se pueden emplear varios métodos de tinción para demostrar las inclusiones de las clamidias. El método preferido es la inmunofluorescencia directa (4, 7, 28). Se aplica a las células
infectadas un antisuero contra clamidias conjugado con fluoresceína y se incuba 30 minutos en una cámara húmeda a 37°C. A continuación se lavan los cubres tres veces con PBS, se secan al aire, se montan y se examinan. Las inclusiones de clamidias emiten fluorescencia de color verde. Existen preparaciones comerciales de conjugados muy específicos que emplean anticuerpos monoclonales (MAbs). (9)

También se pueden preparar sueros policlonales, pero es importante que sean antisueros específicos y de título alto. Los antisueros policlonales se pueden obtener en conejos, cobayas, ovejas o cabras. Las ovejas y las cabras son una fuente excelente dado el volumen y los títulos altos que se pueden obtener fácilmente después de la infección. Los conjugados se preparan utilizando técnicas estándar (4, 5, 7). Las inclusiones de clamidias también se pueden demostrar por técnicas de inmunofluorescencia indirecta y de inmunoperoxidasa (4, 6, 28). Se puede hacer tinción directa mediante las técnicas de Gimenez, de Giemsa, de Ziehl–Neesen, o de Machiavello. A diferencia de la inmunofluorescencia, estas técnicas tienen la ventaja de que permiten el uso de microscopios estándar de fondo claro.  (7)

c) Aislamiento en huevos

Para el aislamiento primario de clamidias todavía se utilizan los embriones de pollo. El procedimiento
estándar consiste en inocular hasta 0,5 ml de inóculo en el saco vitelino de un embrión de 6–7 días libre de patógenos específicos (4, 5). Los huevos se incuban a 39°C mejor que a 37°C, ya que la multiplicación de las clamidias es mucho mejor a temperaturas más altas. Generalmente la multiplicación del microorganismo causa la muerte del embrión a los 3–10 días. Si no ocurriera la muerte, se hacen dos pases adicionales antes de dar como negativa cualquier muestra. Las infecciones por clamidias producen una congestión vascular típica de las membranas del saco vitelino. Los sacos se recogen y se homogenizan para hacer una suspensión al 20% en tampón SPG, y se pueden congelar para mantener la cepa o se inoculan en huevos o en cultivos celulares. (10)


El microorganismo puede identificarse preparando un antígeno de un saco vitelino infectado y
examinándolo por tinción directa de los frotis mediante colorantes apropiados o utilizando el antígeno en
una prueba serológica. Los cultivos celulares en monocapa se pueden inocular con la suspensión del saco
vitelino y observar la presencia de inclusiones de clamidias por inmunofluorescencia directa 48–72 horas
más tarde. Las inclusiones típicas son cuerpos intracitoplásmicos, redondos, o con forma de sombrero. En
el caso de algunas cepas virulentas, las inclusiones se rompen con facilidad y el antígeno de las clamidias
se dispersa por el citoplasma. (3)

d) Diferenciación entre especies/cepas

Como se indicó anteriormente, todos los aislados aviares son del grupo de Chlamidophila psittaci. Lascepas aviares se pueden distinguir de otras clamidias mediante PCR–RFLP del gen de la MOMP o del
operón rADN 16S–23S (14). Se puede hacer una tipificación provisional de C. psittaci sabiendo el origen del aislamiento y la utilización de MAbs específicos de cada serotipo. (2)


Las cepas aviares de C. psittaci pertenecen a varios serotipos específicos (1, 3, 6). Los síndromes
causados por las distintas cepas son muy específicos y el espectro de hospedadores naturales de una cepa
particular puede ser también bastante específico. Existen por lo menos seis serotipos que infectan aves. Se
designan con letras de la A a la F. Los hospedadores de los que suelen aislar son: serotipo A, aves
psitácidas; serotipo B, palomas; serotipo C, patos; serotipo D, pavos; E, palomas, avestruces y ñandú; y
serotipo F, que corresponde a un aislado de un ave psitácida. (5)


Se han desarrollado MAbs específicos para cada serovariedad o serotipo y se están utilizando en un
número limitado de laboratorios para serotipar nuevos aislamientos (1, 3). También las técnicas PCR–RFLP permiten diferenciar las cepas (3, 35, 38) aunque su utilización es principalmente experimental, y sólo un número limitado de laboratorios utiliza la técnica PCR–RFLP o MAbs específicos de serotipo. El serotipado es relativamente fácil de realizar y los laboratorios que lo necesiten pueden poner en marcha las técnicas fácilmente. (7)

e) Tinción histoquímica

Las tinciones de Giemsa, de Giménez, de Ziehl– Neelsen y de Machiavello son las más utilizadas para
detectar clamidias en frotis de hígado y bazo. En varios laboratorios se utiliza la siguiente técnica
modificada de Gimenez (4).

• Reactivos:

Solución 1: Se añaden H20 destilada (450.0 ml) y fenol (5,0 ml) a fucsina básica (2,5 g) y etanol al
95% (50 ml). Se incuba 48 horas a 37°C. Se filtra y se guarda en la obscuridad a temperatura
ambiente.
Solución 2: Na2HPO4 (11.65 g); NA2HPO4.H2O (2.47 g); H2O destilada, pH 7,5 (hasta un litro).
Solución 3: Solución 1 (20,0 ml) y Solución 2 (25,0 ml). Dejar reposar 10 minutos, filtrar y usar.
Solución 4: Ácido cítrico al 0,5%.
Solución 5: Verde rápido (Fast green) (0,2 g); H2O destilada (100.0 ml); y ácido acético glacial (0,2
ml).
Solución 6: Solución 5 (20,0 ml) y H2O destilada (50,0 ml). (3)

• El procedimiento para los frotis es el siguiente:

i) Fijar en metanol durante 5 minutos.
ii) Teñir con Solución 3 durante 10 minutos y lavar con agua del grifo.
iii) Teñir con la solución de contraste 6 durante 2 minutos.
iv) Lavar con agua del grifo y secar al aire. (9)

• El procedimiento para cortes en parafina es el siguiente:

i) Eliminar la parafina e hidratar con H2O destilada.
ii) Teñir con Solución 3 durante 10 minutos y lavar con agua del grifo.
iii) Sumergir en la Solución 4 hasta que el corte no suelte más color rojo. Lavar con agua del grifo.
iv) Teñir con la solución de contraste 6 mediante 20 inmersiones.
v) Sumergir la preparación en dos cambios de alcohol al 95%, con cinco inmersiones en cada caso.
Deshidratar, clarificar y montar.
Las clamidias aparecen rojas sobre un fondo verde. (10)

f) Tinción inmunohistoquímica

Se puede utilizar una tinción inmunohistoquímica para detectar clamidias en preparaciones citológicas o
histológicas. Esta técnica es más sensible que la tinción histoquímica, pero requiere cierta experiencia ya
que la existencia de reacciones cruzadas con algunas bacterias y hongos requiere considerar la morfología.
Los procedimientos de tinción inmunohistoquímica más usuales se pueden adaptar para obtener resultados satisfactorios. Es muy importante la selección del anticuerpo primario. Se han utilizado tanto anticuerpos policlonales como monoclonales. Debido a que el formol afecta a los antígenos de las clamidias, es recomendable que los anticuerpos policlonales se obtengan contra clamidias purificadas e inactivadas con formol. La cepa de clamidia utilizada no es importante, pues los anticuerpos reaccionan principalmente con los antígenos de grupo. También deben seleccionarse MAbs que reaccionen con clamidias fijadas con formol, Se puede utilizar un panel de MAbs específicos de grupo. (4)

g) Enzimoinmunoensayos

El método ELISA es una técnica relativamente nueva que ha sido ampliamente promocionada en forma de kits comerciales para su utilización en el diagnóstico de la clamidiosis humana. Estos kits detectan el antígeno del lipopolisacárido (LPS) (antígeno de grupo) y detectan todas las especies de clamidias. Se han probado varios de estos kits para detectar clamidias en aves (42), pero ninguno ha sido autorizado para la detección de C. psittaci. Un problema con algunas de estas pruebas es que el LPS de las clamidias comparte algunos epítopos con otras bacterias Gram negativas, y estos epítopos pueden originar reacciones cruzadas, originando un número elevado de resultados positivos falsos. En algunos kits desarrollados más recientemente, este problema se ha reducido o eliminado mediante una selección cuidadosa de los MAbs utilizados. Tales preparaciones, sin embargo, carecen aún de sensibilidad porque se requieren centenares de microorganismos para dar una reacción positiva. La opinión de los técnicos es que se puede realizar un diagnóstico de la CA cuando se obtiene un resultado fuertemente positivo mediante una reacción ELISA en aves con signos de psitacosis. Debido al número de falsos positivos, un resultado positivo en un ave individual sin signos de enfermedad no se considera relevante e indica la necesidad de más pruebas utilizando métodos diferentes. (5)

h) Reacción en cadena de la polimerasa

Se han descrito técnicas de PCR para la detección de clamidias en animales. Las pruebas actuales de PCR
para la detección de C. psittaci se centran en los genes de la MOMP o del rARN 16S–23S (16, 22, 26, 37). La sensibilidad y la especificidad dependen de la muestra y de la prueba de PCR. La sensibilidad aumenta amplificando un fragmento de ADN relativamente corto, utilizando un procedimiento mixto o las nuevas técnicas de PCR de ciclo rápido en tiempo real. El procedimiento mixto incrementa el riesgo de contaminación. La PCR en tiempo real requiere una sonda marcada y un equipo especial que aumenta los costes. El centrarse sobre el gen 16S–23S también eleva la sensibilidad ya que normalmente en el microorganismo están presentes múltiples copias; sin embargo, las reacciones cruzadas con otras bacterias. (2)

2. Técnicas serológicas

a) Prueba de la fijación directa de complemento modificada para Chlamydia
El método que se describe es una técnica directa de FC modificada para detectar anticuerpos, muy utilizada. Los reactivos son relativamente fáciles de preparar y estandarizar. Existen otras pruebas de FC, cada una con sus ventajas. La prueba modificada de FC directa se realiza en placas con 96 pocillos de fondo redondo. Las incubaciones se hacen normalmente dejando la placa flotar sobre un baño de agua a
37°C. El antígeno de clamidia se puede preparar a partir de saco vitelino infectado o de cultivos celulares. (2)


La prueba modificada de FC directa difiere de la prueba de FC directa en que a la dilución de complemento se añade suero normal no calentado de pollo sin anticuerpo contra las clamidias. El suero normal incrementa la sensibilidad de la FC, de modo que puede usarse para probar sueros de especies aviares cuyos anticuerpos normalmente no fijan complemento de cobaya. (3)


• Procedimiento de la prueba

i) Dilución de los sueros

La figura 1 indica un esquema para realizar la prueba en placas con 96 pocillos de fondo redondo.
Antes de usarse, todos los sueros deben inactivarse por calor a 60°C durante 30 minutos. Los sueros
se diluyen en solución salina tamponada con Veronal (barbiturato) (VBS) como se indica en la Figura
1. Las diluciones se hacen en la placa de pocillos múltiples añadiendo 100 μl de VBS a cada pocillo de
las filas A y E y luego 25 μl de suero problema sin diluir, de suero positivo (control positivo) o de suero
negativo (control negativo) a cada uno de tres pocillos (ver figura 1). Esto origina una dilución inicial al
1/5. A continuación, se añaden 25 μl de VBS a cada pocillo de las filas B a D y de las filas F a H.
Utilizando una micropipeta de 25 μl se hacen diluciones dobles de la fila A a la D, y de la fila E a la H.
De las filas iniciales y finales se eliminan los volúmenes apropiados para que queden 25 μl por pocillo.
Las pipetas de dilución se lavan dos veces con H2O destilada y una con VBS entre suero y suero. (6)


C. REQUISITOS PARA LAS VACUNAS Y LOS MATERIALES DE DIAGNÓSTICO

No existen vacunas comercializadas contra la clamidiosis aviar. Los intentos de producir vacunas han tenido un éxito limitado, y la mayoría se han basado en bacterinas producidas mediante inactivación de suspensiones concentradas de clamidias con formalina. Hay evidencia de que la inmunidad implica respuestas inmunes mediadas por células (30, 31), pero la producción de vacunas no se ha dirigido hacia reacciones de este tipo. El único medio actual de control son los antibióticos. Chlamidophila psittaci es sensible a varios antibióticos: el elegido varía de un país a otro. La clorotetraciclina, deoxiciclina, y otras tetraciclinas son las más utilizadas. Los antibióticos del tipo de las fluoroquinolonas también han demostrado su actividad. El tratamiento debe mantenerse durante largos períodos. (8)

REFERENCIAS

  1. ANDERSEN A.A. & VAN DUSEN R.A. (1988). Production and partial characterization of monoclonal antibodies to four Chlamydia psittaci isolates. Infect. Immun., 56, 2075–2079.

  1. BEVAN B.J. & BRACEWELL C.D. (1986). Chlamydiosis in birds in Great Britain. 2. Isolations of Chlamydiapsittaci from birds sampled between 1976 and 1984. J. Hyg. (Camb.), 96, 453–458.

  1. BEVAN B.J., CULLEN G.A. & READ W.M.F. (1978). Isolation of Chlamydia psittaci from avian sources usinggrowth in cell culture. Avian Pathol., 7, 203–211.

  1. BRACEWELL C.D. & BEVAN B.J. (1982). Chlamydia infections in ducks: Preliminary communication. J. R. Soc.Med., 75, 249–252.

  1. BRACEWELL C.D. & BEVAN B.J. (1986). Chlamydiosis in birds in Great Britain. 1. Serological reactions tochlamydia in birds sampled between 1974 and 1983. J. Hyg. (Camb.), 96, 447–451.

  1. BROWN S. & WHITE J. (1982). Diagnosis of avian psittacosis using cell culture techniques. Proc. Am. Assoc.Vet. Lab. Diagnosticians, 25, 151–158.

  1. CENTERS FOR DISEASE CONTROL AND PREVENTION (2000). Compendium of measures to control Chlamydiapsittaci infection among humans (psittacosis) and pet birds (avian chlamydiosis), 2000. Morb. Mortal.Weekly Rep., 49 (Rr–8), 3–17.

  1. EVANS R.T., CHALMERS W.S.K., WOOLCOCK P.R., FARMER H. & TAYLOR ROBINSON D. (1983). An enzyme–linkedimmunosorbent assay (ELISA) for detection of chlamydial antibody in duck sera. Avian Pathol., 12, 117–124.

  1. EVERETT K.D.E. & ANDERSEN A.A. (1999). Identification of nine species of the Chlamydiaceae using PCR–RFLP. Int. J. Syst. Bacteriol., 49, 803–813.
  2. EVERETT K.D.E., BUSH R.M. & ANDERSEN A.A. (1999). Emended description of the order Chlamydiales,proposal of Parachlamydiaceae fam. nov. and Simkaniaceae fam. nov., each containing one monotypicgenus, revised taxonomy of the family Chlamydiaceae, including a new genus and five new species, andstandards for the identification of organisms. Int. J. Syst. Bacteriol., 49, 415–440

  1. Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004. Fecha en linea: 2-03-2010. http://www.oie.int/esp/normes/mmanual/pdf_es/2.7.04_Clamidiosis_aviar.pdf

  1. Monografías de Medicina Veterinaria, Vol.21, N°1, julio 2001. Fecha en linea:2-03-2010. http://www.monografiasveterinaria.uchile.cl/CDA/mon_vet_simple/0,1420,SCID%253D18331%2526ISID%253D416%2526PRT%253D18327,00.html

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